postheadericon El estrés y la piel del rostro


Llegan las fiestas de fin de año, entre tus tantas actividades como esposa, ama de casa, madre o profesionista, tendrás que preocuparte por ser la mejor anfitriona y además lucir radiante. Es muy difícil tener todo bajo control y cuando las cosas no salen como esperas, tus niveles de ansiedad se elevan, lo que te impide verte como quisieras.



El estrés excesivo tiene muchos efectos negativos en el cuerpo, y por supuesto que la piel de tu rostro no se libra de ellos.

Algunos de los efectos más conocidos del estrés en tu piel son: acné, eczema, dermatitis, soriasis, picazón, sudor excesivo, rosácea, herpes oral y urticaria. Además el estrés contribuye a que la piel pierda su luminosidad y se vea sin vida.

Por otro lado, cuando estamos muy estresados, tendemos a hacer gestos que a la larga se traducen en líneas de expresión o arrugas.

Pero no te alarmes, pues existen muchas alternativas para conseguir que el estrés no se note en tu rostro. Recuerda que antes de hacer cualquier cambio en tu dieta o rutina, debes consultar con un profesional de la salud.

Puedes controlar las erupciones con medicamentos o cremas cosméticas, pero en primer lugar es recomendable tratar la causa número 1 del problema: el estrés

Existe un estudio del Dr. Fried, de la Academia Americana de Dermatología, que concluye que controlar el estrés puede ayudar a la gente a mejorar el estado de la piel.

“Si se combinan las terapias dermatológicas tradicionales (como los alfa hidroxiácidos -AHA-, ácidos extraídos de las frutas con efecto peeling que combaten el acné, las arrugas y la piel apagada) con psicoterapia, meditación, hipnosis, tai chi, yoga o antidepresivos la mejora es sustancial. De este modo, el paciente que empieza a apreciar una mejoría externa también estará más seguro de sí mismo y se encontrará más motivado para seguir por este camino de recuperación.”

Visita a tu dermatólogo para que te recete un tratamiento adecuado y te enseñe a reconocer tu tipo de piel para identificar cualquier anomalía y actuar en consecuencia.

Haz ejercicio. El ejercicio te ayuda a controlar tus niveles de ansiedad, existen algunos específicos para controlar el estrés: yoga y las artes marciales.

Alimenta tu vida espiritual.  Cualquiera que sea tu creencia, enfócate en ella. Está comprobado que creer en Dios y prácticas como la meditación, te permiten vivir en "el aquí y el ahora", disfrutarás más lo que haces y eso se reflejará en tu rostro.

Técnicas alternativas. Los masajes, aromaterapia, baños de inmersión, té de hierbas y otras similares. Todos contribuyen a disminuir el estrés.

Come sanamente. De acuerdo al Método Silva existen 8 alimentos anti-estrés y que te ayudarán a  que tu piel luzca hermosa: yogures, chocolate negro, cítricos, almendras, te de hierbas, pescado, brócoli y ajo. Procura incorporar algunos de ellos a tu dieta.

Actitud. Tu cuerpo, tu salud, tu vida dependen de ti. Lo que no esta bajo tu control son las circunstancias pero la forma en la que reaccionas ante cada una de ellas es tu decisión.

FUENTES:

Academia Americana de Dermatología

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